Mientras millones de personas toman antidepresivos para manejar su salud mental, llega un momento en que muchos contemplan dejarlos. No es una decisión para tomar a la ligera. Ni por asomo. Los expertos advierten contra el cese abrupto, que puede desencadenar síntomas de abstinencia que van desde molestos hasta verdaderamente debilitantes.
Aproximadamente una de cada seis personas experimenta estos encantadores regalos de despedida al dejar los antidepresivos. Mareos, dolores de cabeza, náuseas, insomnio – todo el paquete. Algunos medicamentos son peores que otros. ¿Paroxetina y venlafaxina? Problemáticos notorios. ¿Fluoxetina? No tan mala, gracias a su larga vida media. Permanece en el sistema, facilitando la transición.
La duración importa. También la dosis. ¿Has estado tomando dosis altas durante años? Prepárate para un viaje potencialmente más accidentado. El método para dejarlos también hace la diferencia. Dejarlo de golpe raramente es la respuesta. Reducción gradual – disminuyendo la dosis durante semanas o meses – ese es el camino. Aunque, francamente, incluso con la reducción gradual, algunas personas siguen teniendo dificultades.
Cuanto más tiempo hayas estado con dosis altas, más cuidadosamente deberías bajarte del carrusel de los antidepresivos.
Pero hay razones legítimas para considerar dejarlos. La disfunción sexual y el aumento de peso no son exactamente compañeros bienvenidos en el viaje de la vida. Algunos pacientes reportan sentirse más como ellos mismos después de discontinuar. Más alertas. Más presentes. Menos entumecidos. La niebla se levanta. Las emociones regresan – las buenas y las malas.
La pregunta del millón: ¿dejarlos mejorará tu vida emocional y física? Depende. Para algunos, absolutamente. Para otros, es un boleto de ida a la ciudad de la depresión. El riesgo de recaída es real y no debe ser descartado. Un estudio reciente a gran escala encontró que aproximadamente el 31% de los pacientes experimentó al menos un síntoma de abstinencia después de discontinuar su medicación. Un nuevo meta-análisis publicado en JAMA revela que 1 de cada 7 personas experimenta síntomas después de dejar los antidepresivos.
El monitoreo es esencial. Lo que parece abstinencia podría ser en realidad depresión que regresa. A veces es difícil distinguir la diferencia. Por eso los profesionales de la salud deben estar involucrados. En cada paso del camino.
La decisión de dejar los antidepresivos no es universal. Algunos los necesitan a largo plazo. Otros no. La biología individual, la severidad de los síntomas originales, los sistemas de apoyo – todos son factores en la ecuación.
Una cosa es cierta: no se trata solo de dejar la medicación. Se trata de qué la reemplaza. Terapia. Ejercicio. Conexión. Sueño. Todas son piezas del rompecabezas de la salud mental.