¿Cómo se ha convertido la diabetes en una de las amenazas más apremiantes para la salud infantil en todo el mundo? Seamos realistas, las cifras son alarmantes. Un impactante aumento del 39.37% en casos de diabetes infantil de 1990 a 2019 no es solo una estadística, es una crisis. Para 2019, más de 227,580 niños fueron diagnosticados con diabetes globalmente. No es un error tipográfico.
El próximo simposio «Prevenir, Tratar y Vencer la Diabetes» el 28 de marzo no podría llegar en un momento más crucial. Mientras la diabetes Tipo 1 sigue siendo la forma predominante entre los niños, el Tipo 2 está alcanzando rápidamente. Gracias a nuestra cultura sedentaria y amante de la comida chatarra. Estados Unidos ahora ve 13.8 nuevos casos por cada 100,000 niños anualmente. Buen trabajo, América.
El COVID-19 empeoró todo, por supuesto. Niños encerrados en casa, pegados a las pantallas, moviéndose menos. ¿El resultado? Un aumento en la diabetes Tipo 2 de inicio juvenil. Un estudio exhaustivo encontró un aumento del 77% en nuevos diagnósticos durante el primer año de la pandemia en comparación con las tasas prepandémicas. Incluso una pequeña pérdida de peso del 5-10% podría mejorar significativamente la salud metabólica de estos niños. Los expertos en el simposio abordarán cómo estamos básicamente preparando a nuestros niños para el fracaso sin una intervención inmediata.
La pandemia se convirtió en la tormenta perfecta para la diabetes: niños confinados en casa, tiempo infinito frente a pantallas y movimiento mínimo crearon una receta peligrosa para el desastre metabólico.
Las disparidades raciales son imposibles de ignorar. Los jóvenes negros encabezan las estadísticas con 1.80 casos por 1,000, seguidos de cerca por los jóvenes indígenas americanos con 1.63 por 1,000. Los niños hispanos y asiáticos/isleños del Pacífico no están muy atrás. ¿Los niños blancos? Tasas más bajas. ¿Coincidencia? Difícilmente. El acceso a la atención médica importa. Los factores socioeconómicos importan. En varios grupos raciales y étnicos no blancos, la incidencia de diabetes tipo 2 en adolescentes es ahora el doble que la tipo 1.
Finlandia lidera el mundo en incidencia de diabetes infantil. Mientras tanto, países como Bangladesh y Tanzania están lidiando con tasas de mortalidad más altas. Países pobres, resultados pobres. Así de simple.
El simposio abordará factores genéticos, desencadenantes ambientales y estrategias de prevención. Los científicos ahora creen que los virus e incluso el clima frío podrían desencadenar la diabetes Tipo 1 en niños genéticamente predispuestos. La intervención temprana es esencial.
Sin esfuerzos de prevención agresivos, las proyecciones para 2060 lucen verdaderamente aterradoras. El simposio busca cambiar esa trayectoria. Porque seamos realistas: nuestros niños merecen algo mejor que un futuro dominado por inyecciones de insulina, monitoreo de azúcar en sangre y complicaciones de salud crónicas. Merecen una oportunidad de luchar.